En Piñel de Abajo, al caer el sol, en mitad de una viña. Y con el universo en una copa.
Ven a vivir una experiencia que no cabe en las guías ni en las fotos. La Olmilla te invita a una cata sin postureo ni protocolo: vino servido en jarrillo, historias populares, cielo limpio y miles de estrellas como techo.
Aquí no hay escenarios preparados.
Hay tierra, silencio, risas, copas alzadas y un firmamento que parece acercarse cuando cae la noche.