El papel de la mujer en el sector vitivinícola

La viticultura, un arte y ciencia centenario, se ha desarrollado gracias al arduo trabajo y dedicación de muchas manos, incluidas las habilidosas manos de las mujeres. Desde tiempos antiguos hasta la modernidad, las mujeres han desempeñado un papel crucial en este sector, desafiando las normas y contribuyendo de manera significativa a su evolución.


El cambio de roles en la historia de la viticultura

La historia de la viticultura está tejida con los esfuerzos incansables de mujeres que, a pesar de las restricciones sociales, han trabajado en los viñedos. Desde la antigüedad, sus manos han cuidado las vides, cosechando los frutos de su labor con gracia y determinación.

En la sociedad actual, presenciamos una transformación de roles de género, lo que ha permitido a las mujeres en la viticultura romper estereotipos y asumir roles más diversos. Esta evolución ha enriquecido el sector al proporcionar perspectivas únicas y una fuerza laboral más equitativa.

El papel de la mujer en la toma de decisiones
Las mujeres en la viticultura no solo trabajan en los campos; también desempeñan un papel crucial en la toma de decisiones. Desde decisiones operativas hasta estratégicas, su influencia se ha vuelto cada vez más evidente, aunque no sin enfrentar desafíos y obstáculos.

Existen mucas mujeres que día a día trabajan para romper los estereotipos y a trabajar en bodegas siendo las líderes y las propietarias, tales como:

 

  • Amparo Repiso Vallejo: Amparo es fundadora y propietaria de la Bodega Sarmentero, su sueño de siempre, fue el de fundar una bodega, esto lo consiguió en 2004, tras realizar varios cursos y grados en Viticultura y Enología en la Universidad Europea Miguel de Cervantes y en la Escuela de Capacitación Agraria Santa Espina. Amparo es sin dud un gran ejemplo de lucha y trabajo.

 

  • María Ascensión Repiso: Natural de Pesquera de Duero ha querido transmitir la cultura del vino con la que ella creció. Pertenece a una generación intermedia entre los métodos artesanales y las nuevas técnicas de elaboración. Ejecutiva de la Bodega Ascensión Repiso Bocos, fundada en 2002.

 

  • Clara Verheij: Nacida en Países Bajos, es la Propietaria y fundadora de la Bodega Bentomiz. Apostó por fundar la bodega en las laderas de Axarquía malagueña con vistas al Mediterráneo. Clara ha tenido siempre en mente el ofrecer el mejor productos, teniendo un equilibrio con la naturaleza, respetando las tradiciones. En su bodega no sólo ofrecen vino, sino que cuentan con un restaurante con productos de la mejor calidad de la zona.

Historias de éxito de mujeres viticultoras


Detrás de cada botella de vino hay una historia, y muchas de esas historias son creadas por mujeres viticultoras excepcionales. Sus logros y contribuciones son fuentes de inspiración para las generaciones futuras. Nos hacemos eco del artículo de La Vanguardia sobre 7 vinos elaborados por mujeres.

Apoyo y colaboración entre mujeres en la viticultura


La solidaridad entre mujeres en la viticultura es un elemento vital para el crecimiento sostenible. Colaborar y apoyarse mutuamente no solo fortalece a las individuas, sino que también enriquece la comunidad vitivinícola en su conjunto.

Las mujeres en la viticultura desempeñan un papel destacado en la promoción de prácticas sostenibles y responsabilidad social. Su compromiso con la preservación del medio ambiente y el impacto positivo en las comunidades locales es digno de reconocimiento.

Aunque se han logrado avances, aún hay un largo camino por recorrer para lograr una verdadera igualdad de género en la viticultura. Es esencial abordar los desafíos persistentes y trabajar hacia un entorno inclusivo para todos.

Es fundamental reconocer y celebrar los logros de las mujeres en la viticultura.

 

Conclusión


En conclusión, el papel de la mujer en la viticultura es innegablemente vital. Desde las raíces históricas hasta las innovaciones modernas, las mujeres han desempeñado un papel crucial en la evolución de este sector. Reconocer, apoyar y empoderar a las mujeres viticultoras no solo es un acto de justicia, sino también una inversión en un futuro sostenible y equitativo para la viticultura.

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